NIVELES DE CONEXIÓN CON TU ALMA
YESHUA canalizado por Pamela Kribbe
Septiembre 15 de 2013
Queridos Amigos, YO SOY Yeshua y os saludo desde mi corazón.
Estamos aquí juntos; y con esto quiero decir que mientras nos sentamos aquí hay una fusión energías. Imaginad que el más alto y más bello aspecto vuestro se reconoce mutuamente; y se incrementa muchas veces por causa de ese reconocimiento.
Frecuentemente ves en otros su belleza, su riqueza interna, su refinamiento, mucho más clara y completamente de lo que ves esas cualidades en ti mismo.
Al observar y ser consciente del otro, das a esa persona fe y confianza en sí misma.
Daos ahora mutuamente este reconocimiento. Permitid que fluya, dejad que suceda, permite que tu Alma sea tocada por eso. Cuando quiera que tu Alma es tocada, desciende más completamente a la Tierra. Cuando eres conmovido internamente en un momento de reconocimiento, inspiración y emoción, tu Alma desciende más completamente a tu cuerpo, porque se siente más bienvenida a la Tierra, como en el hogar. Ocurre una interacción entre tú y tu Alma.
¿Entonces quién eres "tú" en relación con tu Alma? Hago esta pregunta porque usualmente esa relación no se entiende claramente. Algunos concebís el Alma como algo exterior a vosotros; lejana y superior. Entonces te sientes como un ser insignificante que quiere toda clases de cosas; y experimentas a tu Alma como un poder exterior a ti que podría, ocasionalmente, intervenir a tu favor; pero también sientes que estás más o menos a merced de tu Alma.
Pero tú no estás fuera de tu Alma, ni tu Alma está fuera de ti. El Alma, tu Alma, está dentro de ti, aquí en este lugar, así como en cualquier parte donde vayas; tú eres parte de tu Alma. Y aunque tu Alma también es parte de ti, "tú" no eres tu Alma entera, "tú" no eres el equivalente de tu Alma. Hay una parte de tu Alma encarnada en ti; vive y se mueve en ti.
Pero también hay una parte que no "encaja" mucho aquí, por decirlo así; una parte que permanece atrás. O podrías expresar ese concepto desde un punto de vista terrenal, como una parte que es demasiado grande para ser contenida en un cuerpo y una personalidad terrenales.
Así que hay una interacción entre tú y tu Alma, mientras que al mismo tiempo sois uno y lo mismo. Sois de la misma esencia y no estáis separados. La interacción entre tú y tu Alma tiene que ver con cuánta de tu energía álmica admitirás en tu vida en la Tierra. ¿Es una chispa ocasional de inspiración para vislumbrar una consciencia expandida? ¿O permites que el Alma penetre más profunda y completamente; y que dé forma a tu existencia terrenal de una manera radical e inmediata?
Éste es el proceso en el cual te encuentras ahora: Llegando cada vez a mayor profundidad en este proceso de fusionarte con tu Alma por medio de una completa entrega al flujo de tu Alma. Y no serás forzado a hacerlo así por nadie más que por ti mismo. Es una decisión que tomas: Permitirte actuar según lo que tu Alma te urge a hacer o ser. ¿Y cuándo decides hacer esto? Tomas esa decisión en el momento en que te das cuenta de que es absolutamente necesario hacerlo así; ésa es la única manera posible para ti.
Usualmente es precedida por un período en el cual difícilmente escuchabas la voz de tu Alma. Tratabas de hacerlo por ti mismo, desde tu cabeza, a partir de ideas prevalescientes que llegaban a ti desde el exterior: desde la presión externa y el temor. Había muchas razones por las cuales no escuchabas a tu Alma, lo cual provocó que te alienaras de esa voz; así que se convirtió en una extraña para ti.
Eso es lo que la mayoría de vosotros habéis llegado a asociar con ser Humano en la Tierra; que os habéis alienado de vuestras raíces, de vuestro Origen Cósmico, de vuestra Alma. Entonces el proceso de encarnación se vuelve muy estresante y doloroso. Entonces descender a un cuerpo significa decir adiós a quien eres, a tu origen; esencialmente abandonar tu Hogar. Ésa es una tarea casi imposible; y entonces es apenas natural que tengas nostalgia del Hogar y que quieras salir del Mundo donde no te sientes en el Hogar.
En la Tierra hay una Senda única para cada uno, pero cada uno experimentará durante un largo tiempo estar separado de la voz de su Alma. Hasta que te des cuenta: "No puedo seguir así; estoy totalmente atascado. Cuando vivo solamente desde mi cabeza, sólo desde el miedo, por lo que 'debería ser' y 'debe ser', me siento muerto por dentro". Sólo cuando comiences a experimentar muy intensamente este dilema, te abrirás a una voz diferente, a un recordatorio de quien realmente eres. Así que en cierto nivel tienes que ceder a las instancias de tu Alma.
El arte de hacer esto es abrirte a lo nuevo y abandonar las viejas nociones de seguridad; y frecuentemente eso es muy difícil para los Seres Humanos. Vosotros asociáis esto con rendiros, con que se os acabó la cuerda; y con sentimientos de decepción, amargura y depresión. Pero también podéis ver ese momento de desesperación final, ya no poder continuar el viejo camino, como la apertura de una puerta hacia una nueva posibilidad. Ahora puedes aprovechar esa crisis interna para empujar esa puerta y pasar a otra realidad.
Este empuje requiere fortaleza interna, porque precisamente en ese momento de absoluto desaliento, estás siendo apremiado a dar la vuelta y confiar en algo nuevo que ni siquiera conoces, algo de lo cual aún no tienes conocimiento. Es como tener un caos en el piso ante ti; y que detrás de ti esté esa puerta ligeramente abierta, a través de la cual brilla un rayo de Luz. Si te quedas sentado de espaldas a la puerta mirando el caos, eso provoca más sentimientos de tristeza, desesperación y desesperanza. ¿Cómo puedes llegar a la certeza de que esta puerta tras de ti te puede dar la posibilidad de algo diferente, algo fresco? Esa certeza de que la puerta se puede abrir, comienzas a sentirla cuando haces conexión con tu Alma.
Puedes vivir la vida a través del dolor y la desesperación, de dos maneras diferentes. Una manera es que seas completamente absorbido por ello; y eso significa que toda tu energía, todo lo que es consciente en ti, es llevado en las olas del temor, la amargura, incluso el odio. Eso desfigura tu pensamiento, así que tus emociones y tu cuerpo también serán afectados por ello a largo plazo. Pero hay otra manera, una fuerza contraria. En esos momentos puedes hacerte consciente de lo que está sucediendo dentro de ti; y salirte así de la corriente descendente. Dentro de ti hay algo que la observa cuidadosamente, sin juicios, desde una consciencia que es más grande que tu voluntad terrenal, que tus ideas terrenales, que tu crianza, que tus miedos; y que todo lo viejo que conoces del pasado. Entonces tu Alma entra en tu campo terrenal. Para decirlo francamente, frecuentemente sucede que debe surgir un caos antes de que te sientas compelido a entrar en otra forma de consciencia. Es precisamente durante un tiempo de crisis cuando puede haber un cambio en tu consciencia; y entonces puedes mirarte desde una perspectiva más amplia.
Entonces tu consciencia interior se vuelve muy silenciosa y tranquila. Siente ese silencio por un momento; mira algo en tu vida para lo cual no tengas respuesta, algo en lo cual ya has pensado numerosas veces, lo has mirado desde todos los ángulos; y frecuentemente has experimentado todas las emociones que pertenecen a ello. Ahora encuéntrate en un punto de quietud, mirando la situación sin desear una respuesta. Siente que inmediatamente se hace presente cierta paz. Ése es el significado de renunciar a "la pelea", lo cual no significa que todo permanezca igual y que nada cambie. Significa que creas espacio para lo nuevo; y no pensando con base en lo que ya es conocido, buscando respuestas y soluciones en el pasado y en lo que dejaste atrás. Lo desconocido, lo nuevo, lo fresco, solamente puede entrar a través del silencio, por medio de lo que no se conoce; y rindiéndote al silencio.
Permite que el silencio que te rodea fluya a través de tu cuerpo. Estando tranquilo de esta manera, deja ir las viejas certezas, las viejas ideas de cómo deben suceder las cosas en tu vida, las convicciones a las cuales te has aferrado. Permite que todas se vayan volando como las hojas muertas de un árbol en el otoño, mientras la energía de tu Alma sopla como un suave viento que atraviesa tu Aura. Imagina que todo lo que es viejo, todo lo que ya no es necesario, todo lo que ya ha sido vivido y digerido, es suavemente barrido. Precisamente cuando ya no sabes más, es cuando dejas ir más fácilmente. De esta manera se reúne una nueva fortaleza dentro de ti.
Cuanto más vacío y despejado sientas tu campo energético, más puede ser llenado por tu Alma. Y del silencio brotan nuevas ideas que no provienen de tu cabeza ni de tu voluntad. Las nuevas ideas te llegan como si surgieran de la nada. Repentinamente surge algo; y eso no tiene que ocurrir inmediatamente. Lo que sucede en este proceso es que las inspiraciones y las intuiciones surgen libre y naturalmente; y te alimentan con nuevos impulsos.
En este punto explicaré algo sobre los niveles en los cuales puedes sentir y experimentar tu Alma; y hay muchos más que un solo nivel, en los cuales puedes sentir y estar sintonizado con tu Alma. Acabamos de hablar sobre cómo el Alma puede revelarse por medio del silencio, por medio de la pura consciencia. Esa experiencia también es un sentimiento muy profundo de estar en el Hogar, basado en la habilidad de permanecer arraigado, de estar completamente en el presente; y de no ser atraído por todas clases de distracciones causadas por los pensamientos y las emociones. Ése es uno de los más profundos niveles en los cuales puedes tener una conexión con tu Alma: Sintiendo su pura Presencia.
Ese estado de silencio tiene un efecto positivo inmediato en tu cuerpo, en tus pensamientos y en tus emociones. Es el poder sanador del silencio. Cuando estás allí, el Alma ya no es algo que esté por encima ni por fuera de ti, sino que es muy tangible físicamente, en la mitad inferior de tu cuerpo, en tu vientre; y en tus piernas y en tus pies. Hazte consciente de cómo se siente en tu cuerpo cuando tu Alma está completamente conectada contigo; y cuando tú estás completamente allí con tu Alma. Siente la solidez de esta conexión; y también su tranquilidad y su paz. Esta experiencia de paz y tranquilidad, esa profunda quietud, es la base de toda la conexión con el Alma. Si esa tranquila paz no está allí, tu conexión con tu Alma no está completa.
¿Por qué digo esto? Porque hay otro nivel desde el cual puedes conectarte con el Alma; y ese nivel está localizado físicamente más arriba en tu campo energético. Muchos de vosotros estáis dotados intuitivamente y también sois clarividentes. Desde tu sexto sentido, desde tu habilidad energética para percibir todo en torno a ti, puedes detectar el humor y los pensamientos de otros. Esto puede suceder desde el tercer ojo, o puedes sentir a otros desde tu corazón.
Ya desde cuando comencé a hablar de esto, probablemente hayas encontrado que tu energía se estaba poniendo algo más inquieta y ascendiendo. La tranquilidad se fue. Estás en peligro de perder tu centro mientras te conectas con las muchas energías de tu entorno. Esto también sucede cuando te conectas, con tu corazón y tu mente, con tus ideales de cómo te gustaría que fuera la Tierra; y con tus visiones del futuro. Esto frecuentemente te eleva por encima de ti mismo.
Entonces parece haber una conexión intuitiva con tu Alma; pero al mismo tiempo, esa conexión no está completamente arraigada; y no se hace completamente desde el silencio y la quietud de los que hablamos antes. Se puede apoderar de ti la visión de la Nueva Era, una energía centrada de corazón en la Tierra; y al mismo tiempo puedes estar muy decepcionado porque eso no está sucediendo en tu vida tan rápidamente como deseas; por causa de tanta resistencia y oposición en el Mundo. De esta manera, te sientes en oposición con la sociedad que te rodea; y parece como si no encajaras en este Mundo.
Aunque los deseos y sentimientos que tienes, las premoniciones de la Nueva Tierra, nacen de la conexión con tu Alma, es importante permitir que la energía de inspiración descienda completamente a tu campo energético, a tu cuerpo; y a tu abdomen. Si tienes algunas ideas sobre lo que deseas para el futuro, entonces siente en tu corazón esas ideas y esa energía del futuro. También siente el fuego que vive dentro de ti; y permite que ese fuego se eleve para fundirse más sólidamente con tu energía interior. Deja que esta energía fortalecida del futuro descienda a tu vientre, a tus piernas y a tus pies, hasta que se vuelva silenciosa y tranquila; hasta que tú estés silencioso y tranquilo. En ese momento, tu Alma y los mensajes que recibes de tu Alma, tocan la Tierra. Entonces puede ponerse en marcha un flujo realista y arraigado; y puedes permanecer completamente en contacto con tu realidad terrenal, mientras que al mismo tiempo te mantienes conectado con tu Alma. Entonces habrás construído un puente entre las dos.
Yo veo que a veces muchos de vosotros los Trabajadores de Luz estáis totalmente absorbidos por visiones de otro mundo, mientras que al mismo tiempo perdéis conexión con este Mundo, aquí y ahora, el cual no solamente está fuera de ti, sino también dentro de ti. Te fragmentas; y se crean dicotomías entre la Luz y oscuridad, dentro de ti; y entre tú y el mundo exterior a ti. Esas dicotomías producen lucha y tensión, tanto en el interior como en el exterior.
Tu desafío ahora es renunciar realmente a lo viejo; y dar la bienvenida a lo Nuevo en las profundidades de tu Ser Terrenal, en todos los niveles: cabeza, corazón y abdomen. Tu Alma solamente puede arraigarse en la Tierra si le permites descender profundamente dentro de tu Ser, hasta el nivel del vientre y la pelvis, el cual te conecta con la Tierra. Siente la paz y el silencio cuando dejas atrás los pensamientos (incluso impresiones psíquicas) y las emociones. Solamente quédate ahí, ábrete a ello; y lo nuevo se desplegará sin que sepas cómo. La llegada de la Nueva Tierra, la llegada a la Tierra de la consciencia centrada en el corazón, depende de la presencia de muchas personas que a la vez estén arraigadas y sean espiritualmente evolucionadas. Ellas son los canales. Tradujo: Jairo Rodríguez R.
http://www.jairorodriguezr.com/
Difundido por Grupo Nueva Era